Cámaras termográficas ante enfermedades como el coronavirus

En arquitectura e ingeniería está ampliamente reconocido el uso de la termografía infrarroja en diferentes situaciones técnicas. La termografía infrarroja lleva con nosotros desde 1958 aproximadamente, para usos de la construcción, civiles e industriales, experimentando en los últimos 15 o 20 años un gran crecimiento. Las cámaras térmicas son más intuitivas, ergonómicas y ofrecen cada vez mejores imágenes aportando análisis más exactos.

Recientemente con la aparición del COVID-19, utilizar las cámaras térmicas han tomado mayor presencia en más rubros. Sergio Melgosa Revillas que es un experto y formador en termografia infrarroja en España en entrevista con el Portal Ovacen, refiere sobre las cámaras térmicas infrarrojas aportan muchas ventajas: “Mediante termografía infrarroja seremos capaces de encontrar personas con una temperatura corporal más elevada que la media de las personas revisadas, lo cual, puede ser indicativo de tener fiebre, y, en cuyo caso, esas personas pasarían a una segunda revisión más en profundidad”.

Actualmente hay tres métodos habituales para medir la temperatura en personas que se están utilizando de forma generalizada son tres: El primero, el termómetro de contacto. El segundo, un termómetro de infrarrojos que se suele colocar en el oído (algunos también lo permiten en la frente). El tercer método, la termografía infrarroja.

La termografía infrarroja ya con un uso más amplio para negocios, oficinas, empresas o industria permite no tener que tocar a las personas o paciente y además mantener a los operarios lejos del contacto directo con las personas que se revisan (Sí necesitaremos un lugar de trabajo con una temperatura estable donde se pueda controlar el flujo de persona que se van a revisar).

¿Cómo funciona?

Como sabemos, los seres humanos somos isotérmicos (Todos recordamos lo que nos enseñaban en la escuela: seres de sangre caliente y sangre fría), y esto nos obliga a mantener una temperatura óptima de funcionamiento, al margen de las condiciones ambientales que nos rodean.

Si nuestro núcleo central se calienta en exceso, superando los 37 ºC, empezaría la refrigeración por evaporación (sudoración). Si la temperatura baja de un determinado nivel, arrancan procesos corporales para generar calor (tiritar, por ejemplo).

Definimos la temperatura normotérmica, como la temperatura de una persona sana, y ésta varía entre los 36ºC y los 37,8 ºC. La elevación de la temperatura es la respuesta del organismo ante alguna enfermedad o infección y es un típico indicador médico, junto con la presión arterial y el pulso. Entonces… ¿Cómo es posible medir la temperatura a distancia y sin contacto directo con el objeto que medimos?

La fiebre se manifiesta entre otras cosas, con una elevación de la temperatura en la cabeza. Esto facilita el uso de la termografía infrarroja, principalmente porque la elevación de temperatura de la cabeza por fiebre facilita el uso de las cámaras térmicas que detectan intensidades de radiación.

El escaneo de temperatura sin duda que sirve para detectar posibles casos puede dejar pasar a personas que incuban la enfermedad, pero, sin duda, puede ser un primer filtro muy efectivo que puede ayudar a agilizar la detección de alguien que padezca la pandemia para protegerse y protegernos. Si necesitas asesoría sobre cámaras o equipos de detección térmicos consulta a los expertos de Top Security que con gusto te asesoraremos. 

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